Renacer
Contrajeron sus fauces
en espasmódico movimiento
los plomizos abismos,
gemían verde azules algas
con sonido deshidratante,
retorciéndose de dolor
como un pez arponeado.
Herido de azul el mar
expulsó de sus entrañas
lágrimas de incandescente lava
purificando todo al paso,
robándole humedad
a las gotas de agua
suspendidas como aretes
en un enrarecido aire.
Me sentí un grano
y más tarde... arcilla blanca
moldeada por el vaivén
de un suave oleaje,
tallando en mís palabras
arrullo de caracolas
que cantaban infancias.
En mis contornos,
desvanecidos horizontes
de pálido amanecer
habrían al sol sus brazos,
para cobijar mi desnudez
y se calzaban mis pies
con un exilio sin tacto.
El mar ya no acariciaba,
solo oía ruidos confusos,
murmullos de olas y espuma.
Atrás dejaba un umbral
con desoladoras ruinas,
las que raudas se vestían
de perfumadas magnolias
con la niebla de los arcanos.
Después... aquel afilado silencio
que desgarró como una daga
el sonido de tan cortante llanto.
Por vez primera, agua bendita,
y asombro solo ante la vida.
Así dirigí los ojos hacia el alma,
esa que en mi cuerpo
vuelve a tener una vez más asilo
y fuerzas para correr tras mis piernas
con la divina libertad de cortar
nuevamente espigas.
1 Comments:
Es Hermoso
simplemente hermoso...
By Anónimo, at 3:29 p. m.
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