Mar de Esperas
Algo íntimo o tal vez torpe
es este dejar que rueden
desde nuestros ojos
cristales de Ondinas
en furtivas huidas.
Y este acucioso
trabajo de parabrisas,
con fuerza de escapulario
en nuestras manos
se hace dedos desde el agua.
El temor no de morir
sino de abandonarnos,
es invitación impostergable
que nos inclina a detener
una herida en la piel
haciendo inmensa esta necesidad
de arrastrarnos ante la hoz,
para que no siegue
nuestros latifundios de algodón.
Y al mirarnos fijamente
somos tenue nube de esmeralda
abrigada en melodiosos acordes verde.
Así lentos y solemnes
nos escindimos uno en el otro,
sin llegar a descubrir
hasta donde lo deseante
pide prórroga de vida,
mientras tanto…se expulsa el aire
llorando todo negado
como el atributo de adorarnos.
Y hechos sed nuestros cuerpos,
una vez más buscamos mutar
como voces de reclamo
queriendo reducir espacios,
para permanecer eternos
como tiempo en desquite,
porque bajo la carne tañe
un inagotable tensar adentro.
Se nos cae a tajos el alma
en un imperativo regresar
a otro vuelo intacto de líquido amniótico,
donde debemos volver a nadar
en otro mar multiplicado de esperas.
1 Comments:
Tan profundo como el mar.... me gusto mucho
By Ariel Santana, at 10:13 a. m.
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