Desorden ambiguo
Cuando los ojos
rompen la nuez
donde duermen las calles,
abierta la cáscara,
una vez más en las pupilas
se interrumpe el letargo
y la mirada se anuda
con espejos en la desgracia,
para retratarse con la desidia…
En una riada incontenible
la miseria es hambrienta piraña,
y lo cotidiano en óptica daltónica
impregna de hedor el día.
¡Actuarios de lo inhumano!
Alacranes que danzan
con corbatas elegantes
y cuellos blancos
al ritmo de una melodía
de flautas olvidadas,
mientras en eternos
sin rumbo vagan
esqueletos insepultos,
como furiosos remolinos
de estrellas precipitadas
en un abismal destino.
Allí…
Se me desfigura la vida
y el amor es desamor
en cada esquinas,
solo agua fétida,
polvo,
humo…
¡Báñame luna!
Afila con tus bordes
las tijeras de la conciencia,
para hacer añicos
en los corazones
esta espesa y viscosa niebla,
la que flota,
autista,
inerte,
con filo de puñalada
en un mar de indiferencia,
donde las flores
en desorden ambiguo
ya no dan olores,
solo abren cada mañana
sus dolorosas y certeras espinas.
¿Fábula o pesadilla?
No,
¡Realidad cruda!
¡Incontinencia de promesas!
Aullido en la brevedad del licor,
y lluvia de diarrea mental eterna.
¡Negación de Dios!
Conciencia social
inconclusa de sol
en acelerada decadencia…
rompen la nuez
donde duermen las calles,
abierta la cáscara,
una vez más en las pupilas
se interrumpe el letargo
y la mirada se anuda
con espejos en la desgracia,
para retratarse con la desidia…
En una riada incontenible
la miseria es hambrienta piraña,
y lo cotidiano en óptica daltónica
impregna de hedor el día.
¡Actuarios de lo inhumano!
Alacranes que danzan
con corbatas elegantes
y cuellos blancos
al ritmo de una melodía
de flautas olvidadas,
mientras en eternos
sin rumbo vagan
esqueletos insepultos,
como furiosos remolinos
de estrellas precipitadas
en un abismal destino.
Allí…
Se me desfigura la vida
y el amor es desamor
en cada esquinas,
solo agua fétida,
polvo,
humo…
¡Báñame luna!
Afila con tus bordes
las tijeras de la conciencia,
para hacer añicos
en los corazones
esta espesa y viscosa niebla,
la que flota,
autista,
inerte,
con filo de puñalada
en un mar de indiferencia,
donde las flores
en desorden ambiguo
ya no dan olores,
solo abren cada mañana
sus dolorosas y certeras espinas.
¿Fábula o pesadilla?
No,
¡Realidad cruda!
¡Incontinencia de promesas!
Aullido en la brevedad del licor,
y lluvia de diarrea mental eterna.
¡Negación de Dios!
Conciencia social
inconclusa de sol
en acelerada decadencia…