Cine

EL DRAMA

“Reign over me”, (La esperanza vive en mí)

SANTO DOMINGO.- ¿Podría alguien decir qué hecho tan doloroso es capaz de llevar a un ser humano a la locura? Es posible que un siquiatra, o tal vez un equipo de siquiatras, pueda determinar semejante ocurrencia, pero esa es una posibilidad porque, después de todo, la vida, el dolor, la desgracia son apenas un conjunto de imponderables y lo que es suficiente para uno puede que no afecte a miles.

Estas palabras valen para introducirnos en la historia que nos cuenta el muy inteligente director- guionista Mike Binder en su film “Reign over me”, obra que, aunque tal vez nadie pueda decir que es una obra maestra que perdurará a través de los años por venir, de todos modos es una muy interesante película que deseamos proponer a ustedes, los que gustan del buen cine, para que la disfruten como debe ser.

“Reign over me” es la historia de dos hombres y de las circunstancias que les rodean, y los demás seres que tienen una mayor o menor relación con ellos. El eje de la acción es Alan Johnson, un odontólogo que vive su vida de manera normal y corriente: gana buen dinero en su profesión, es casado y tiene dos hijas, una pequeña y una entrando veloz a la adolescencia. Su vida es, repetimos, satisfactoria desde el punto de vista material, pero es una existencia gris donde el amor y la pasión van siendo sustituidos por la costumbre y el afecto cotidianos. Viven, pero no hay emoción entre Alan y Janeane.

El otro personaje importante es Charlie Fineman, quien fuera compañero de habitación de Alan durante los despreocupados días universitarios, y que no ha sido visto por Alan desde esa época, aunque sí se enteró de su terrible desgracia: su esposa, sus tres hijas pequeñas y hasta su poodle murieron en uno de los aviones que impactaron en las torres gemelas aquel infausto 11 de septiembre.

Y un buen día Alan, que va en su auto, ve pasar, caminando, a Charlie, le llama, pero el otro lleva puestos unos auriculares, va escuchando música, y no le escucha. Pero, en otra oportunidad, Alan vuelve a encontrarse con Charlie y, esta vez, a pesar de la reticencia del otro, le lleva a tomar café.

Y es entonces cuando descubre que su alegre y despreocupado amigo de tantos años ha ahora es un ser solitario que no gusta de hablar con nadie, que vive una vida de anacoreta, que rehuye prácticamente todo contacto humano. Charlie vive fuera de la realidad, no recuerda a Alan. Peor, no desea recordar nada de lo que ha sido su vida, de lo que es la vida. A Alan eso le duele y trata de ayudar a su amigo, pero el otro se resiste. Y, aun sin poder ayudar, Alan va poco a poco cambiando él mismo, va percatándose de la locura de Charlie, pero también de la carencia de sentido de su propia vida.

Es un tema más que interesante, y una historia que ha sido muy bien manejada por Binder como guionista y como realizador. Pero, cuando piensen en esa relación y en ese tipo de personajes que hemos descrito, no vayan ahora a pensar que se trata de una película pesada, aburrida y para cerebros muy bien organizados.

Nos parece, primero, que cualquier cinéfilo normal puede captar los intríngulis de la historia, pero, además, que cualquier persona normal puede incluso disfrutar de ella porque, precisamente, Binder salpica de manera continua su relato con momentos de, si bien son significativos, muchos de ellos resultan sumamente graciosos, sabe distribuir estos instantes de comedia sofisticada de manera que los disfrutamos a plenitud y que, con el paso de los minutos, aprendemos poco a poco a esperar otros y otros porque sabemos que Binder seguirá ese sendero, ese estilo, esa tónica que nos parece tan adecuada para que un tema tan profundo no resulte cargante, pesado y aburrido.

FICHA

La esperanza vive en mí (Reign over me)
Dirección y Guión: Mike BinderFotografía: Russ T. AlsobrookMusicalización: Rolfe Kent
Intérpretes: Adam Sandler, Don Cheadle, Liv Tyler, Jada Pinkett Smith, Donald Sutherland, Mike Binder, Melinda Dillon, Robert Klein.



Clasificación: Excelente

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