¡Que no te tiemble el pulso poeta!

Si alguna vez
apagan la flama
que ilumina mi voz
con el guarapo doloroso
de un secuestro,
te heredo la confusión
de mi silencio.

Si por insólita razón
con mis versos desaparezco,
me haré sentir
como lágrima
en el escote
de alguna madre.

Si en altanería la muerte
me obliga a mirarme
en un sin rodeo de espejos,
para desencajar mi alma
en el repuntar de mis pies
nunca olvides que te amé…

Por ello hoy te abro los puños
dejando entre tus manos
todo el derecho
de usar como espada
el filo de mi pluma
y el sentir de mis palabras.

Porque en este hiriente frío
donde la incertidumbre se arropa
de galvánica certeza,
mis ideales ondean
sobre un desierto sin brújula
y mi destino desanda
entre coordenadas inexactas.

Si una bala analfabeta de rumbo
las notas de mi trino callan
y manchan de sangre
la luz del tan esperado mañana…

¡Que no te tiemble el pulso poeta!

haz sentir con tu grito
el profundo dolor de la Patria.

Silencia con tus poemas
el ruido de tanta oscuridad
para darle razón y sentido
a este derramado clamor
que se tragó el abismo
del sueño eterno.

P.D. A ustedes, Hermanos Venezolanos. Que no les tiemble el pulso.