Asi lo veo yo... (Primera Parte)
El Mundo
Cuando cometas algo que te avergüence, no pienses que permanecerá oculto. Porque siempre tú lo sabrás aunque los demás lo ignoren. Nuestra situación como hijos de la Tierra es muy peculiar. Viviremos brevemente en ella, e ignorantes del por qué, aunque de vez en cuando pensemos que lo sabemos. No es necesario dar demasiadas vueltas: estamos aquí para el prójimo. Muchas veces al día pienso que mi vida interior y exterior se apoya en el trabajo de otros seres humanos, vivos o muertos. Y me doy cuenta de que debo hacer un esfuerzo para dar en la misma proporción en que recibí y sigo recibiendo.
Para mí, la libertad del hombre, en sentido filosófico, es inexistente. Todo cuanto hacemos es producto de presiones externas y necesidades de nuestro interior. Preocuparse por el sentido de la propia vida no es objetivamente importante. Por supuesto, cada ser humano será orientado según sus ideales. Al respeto, jamás pensé que la satisfacción o la felicidad fueran fines sin discusión. Eso es un principio ético que me inclino a llamar ideal de la Piara. Existe una gran contradicción entre mi deseo por la justicia social, el logro del compromiso social y mi absoluta falta de ganas de estar acompañada ni por otros hombres ni por comunidades. Me considero una solitaria total.
¿ Alguno cree en la existencia de una modestia genuina?
La experiencia demuestra que hay límites en la compenetración con el prójimo. Cuando lo admitimos, perdemos algo de inocencia y tranquilidad. Obtenemos a cambio de tal pérdida independencia ante opiniones, costumbres y juicios ajenos, y somos capaces de rehusar equilibrios con bases poco sólidas.
Ya sé que si se desea llegar a cualquier meta se necesita de alguien capaz de pensar y resolver. Una persona responsable. No obstante, debemos encontrar el modo de que lo dirigentes no lo sean por imposición sino por elección. La democracia es mi ideal político. Cada persona debe ser respetada como tal, y simultáneamente, nadie debería ser idolatrado.
Lo más importante no es el Estado, sino el hombre creativo y sensible. Quien tenga personalidad. Esa es la gente que produce lo noble, lo sublime, mientras que la masa es indiferente al pensamiento y los sentimientos. Quienes hacen algo valioso para la comunidad tienen una inteligencia y un carácter muy superiores a los de la masa. Para mí, el espíritu de la masa perpetró el peor engendro posible, lo que más odio: el ejército.
Si una persona se siente feliz desfilando al compás de una marcha, la desprecio. Tiene cerebro, por error. Le hubiese bastado con tener médula. La sensación más importante, el origen del arte y la ciencia están comprendidos dentro del misterio; lo más bello que podamos sentir. Si no se percibe el misterio, son imposibles el asombro y la maravilla. Somos como ciegos.
Para mí es suficiente el misterio de la Vida eterna, presentir y ser consciente de cómo se construye lo existente, aspirar honradamente a entender a fondo todo cuanto podamos descubrir en la obra de la Naturaleza.
Si alguien cree que la vida propia y ajena carecen de sentido, no sólo es desdichado, apenas tiene derecho a vivir.
Hay una sola medida del valor de un hombre. Hasta dónde y por qué se liberó de su Yo.
Continuara...
Cuando cometas algo que te avergüence, no pienses que permanecerá oculto. Porque siempre tú lo sabrás aunque los demás lo ignoren. Nuestra situación como hijos de la Tierra es muy peculiar. Viviremos brevemente en ella, e ignorantes del por qué, aunque de vez en cuando pensemos que lo sabemos. No es necesario dar demasiadas vueltas: estamos aquí para el prójimo. Muchas veces al día pienso que mi vida interior y exterior se apoya en el trabajo de otros seres humanos, vivos o muertos. Y me doy cuenta de que debo hacer un esfuerzo para dar en la misma proporción en que recibí y sigo recibiendo.
Para mí, la libertad del hombre, en sentido filosófico, es inexistente. Todo cuanto hacemos es producto de presiones externas y necesidades de nuestro interior. Preocuparse por el sentido de la propia vida no es objetivamente importante. Por supuesto, cada ser humano será orientado según sus ideales. Al respeto, jamás pensé que la satisfacción o la felicidad fueran fines sin discusión. Eso es un principio ético que me inclino a llamar ideal de la Piara. Existe una gran contradicción entre mi deseo por la justicia social, el logro del compromiso social y mi absoluta falta de ganas de estar acompañada ni por otros hombres ni por comunidades. Me considero una solitaria total.
¿ Alguno cree en la existencia de una modestia genuina?
La experiencia demuestra que hay límites en la compenetración con el prójimo. Cuando lo admitimos, perdemos algo de inocencia y tranquilidad. Obtenemos a cambio de tal pérdida independencia ante opiniones, costumbres y juicios ajenos, y somos capaces de rehusar equilibrios con bases poco sólidas.
Ya sé que si se desea llegar a cualquier meta se necesita de alguien capaz de pensar y resolver. Una persona responsable. No obstante, debemos encontrar el modo de que lo dirigentes no lo sean por imposición sino por elección. La democracia es mi ideal político. Cada persona debe ser respetada como tal, y simultáneamente, nadie debería ser idolatrado.
Lo más importante no es el Estado, sino el hombre creativo y sensible. Quien tenga personalidad. Esa es la gente que produce lo noble, lo sublime, mientras que la masa es indiferente al pensamiento y los sentimientos. Quienes hacen algo valioso para la comunidad tienen una inteligencia y un carácter muy superiores a los de la masa. Para mí, el espíritu de la masa perpetró el peor engendro posible, lo que más odio: el ejército.
Si una persona se siente feliz desfilando al compás de una marcha, la desprecio. Tiene cerebro, por error. Le hubiese bastado con tener médula. La sensación más importante, el origen del arte y la ciencia están comprendidos dentro del misterio; lo más bello que podamos sentir. Si no se percibe el misterio, son imposibles el asombro y la maravilla. Somos como ciegos.
Para mí es suficiente el misterio de la Vida eterna, presentir y ser consciente de cómo se construye lo existente, aspirar honradamente a entender a fondo todo cuanto podamos descubrir en la obra de la Naturaleza.
Si alguien cree que la vida propia y ajena carecen de sentido, no sólo es desdichado, apenas tiene derecho a vivir.
Hay una sola medida del valor de un hombre. Hasta dónde y por qué se liberó de su Yo.
Continuara...
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